Opinión

Subámonos al tren

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En Órbita | Marcelo Salinas
SIPSE

Es un escenario ideal para celebrar -y no sólo conmemorar- el 116 aniversario de Playa del Carmen, la cabecera del municipio que atrae las miradas por su proceso político-administrativo. Tanto ha dado en la última década, que desde sus entrañas nació Tulum, el otro que conquista al mundo en el corazón de la Riviera Maya.

Hoy es la sede de la presentación del Tren Maya, el proyecto regional emblema del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, con el cual aspira detonar el desarrollo socioeconómico del sureste ya que conectará las ciudades, los puertos, las industrias y los circuitos turísticos de toda la región maya, compuesta por cinco estados.

No parece coincidencia que el proceso transformador se vea apuntalado por los recientes destacados anuncios de la presidenta municipal, Laura Beristáin Navarrete, quien, por cierto, ha sido protagonista de los cambios en los últimos años desde diversas trincheras. Tampoco se percibe como casualidad que lo del Tren y lo de otros planes demuestren un trabajo transversal aquí. Es decir, que en el marco de esa gran transformación nacional, el contexto local esté alineado. Y no sólo con el federal que inicia, también con el del estado.

Ayer, Beristáin Navarrete llamaba a la reflexión acerca de cómo se puede mejorar en los ámbitos cotidianos. Porque si bien, decía, Playa del Carmen es una potencia turística, como ciudad debe dar el salto aprovechando la riqueza de todo tipo: es plural, cosmopolita, divertida… Es que una comunidad de 400 mil habitantes -y contando- debe relatar su propia historia ya, pero en serio.

El Tren Maya tendría que ser, desde ahora, esa plataforma sobre la cual converjan los esfuerzos de todos los niveles y poderes porque su objetivo final es brindar beneficios a los habitantes. Como está previsto, la calidad de vida mejoraría por los servicios, las oportunidades laborales, las medidas ambientales y múltiples estímulos.

En tal esquema, varios centros urbanos se crearían para ordenar el territorio, controlar la expansión urbana, generar más comunidades inclusivas y mejorar los servicios básicos. Así, la región se convertiría en un corredor de desarrollo, según el clip oficial. ¿Acaso no es lo deseado?

Las sociedades basan su progreso en oportunidades que aprovechan, inclusive tras situaciones catastróficas. El modelo que se configura en esta época, desde Playa del Carmen hacia el resto del país, pudiera ser la motivación perfecta.

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