Tiro Libre
Anwar Moguel
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Tras el mitin madrugador de Andrés Manuel López Obrador del pasado domingo en Cancún en el que presentó a sus nuevos “reclutas” de la política doméstica, los dirigentes estatales de los partidos más importantes no se guardaron nada y fustigaron a la selección Morena conformada por desertores de diversos movimientos políticos.
Los timoneles del PAN, PRD y PRI se mostraron mordaces y hasta con exceso de confianza al hablar sobre el tema, descalificando apriori a los cuadros que se sumaron a López Obrador y afirmando que no hay preocupación por el tema en sus respectivas filas.
Raymundo King de la Rosa, dirigente del PRI, fue de los primeros en emitir su postura asegurando que el político tabasqueño le hizo un favor al PRI llevándose a los “traidores y simuladores” del Tricolor.
No desaprovechó la oportunidad para fustigar al proyecto de Morena, criticando que ese partido político “tiene las peores prácticas democráticas, donde nada más vemos a un personaje que es dueño de ese partido y no generan participación democrática al interior de su instituto político”. Vaya, igualito que el PRI.
Por su parte, el capitán local del blanquiazul, Juan Carlos Pallares Bueno, celebró la migración de tránsfugas del PRI y de otros partidos a Morena como un motivo de alegría, pues consideró que al dar refugio a cartuchos quemados el partido lópezobradorista se da un tiro en el pie.
Pallares Bueno opinó que la razón de que cuadros tricolores de la talla de Eduardo Ovando, Manuel Aguilar y otros como José Luis “Chanito” Toledo y Gabriel Mendicuti estén buscando espacio en Morena es para buscar un “blindaje” contra las demandas y denuncias que hay en su contra por su responsabilidad en el quebranto del estado durante el gobierno borgista.
En el mismo sentido se pronunció el dirigente del PRD, Jorge Aguilar Osorio, quien soltó palabras duras contra los perredistas que firmaron el pacto de López Obrador, en particular contra la oportunista senadora Luz María Beristain a la que advirtió que ni piense en pelear por una candidatura del Sol Azteca, como es su pretensión.
En palabras llanas, el líder perredista excomulgó a la polémica Luz María, aunque de manera simbólica pues sigue perteneciendo al partido a pesar de que en la Cámara de Senadores se unió a la bancada del PT, partido que busca con todas sus fuerzas ser bendecido con una alianza con Morena.
A pesar de que las opiniones de los cabecillas de los tres partidos “grandes” convergen y hasta pueden tener algo de razón, el nerviosismo ante el crecimiento de Morena y sus nuevas posibilidades -para bien o para mal- con el ejército de nuevos cuadros reclutados es evidente, porque es el único partido con un proyecto definido y caminando en los albores del proceso electoral 2018.
En el PAN y PRD aún hay mucha incertidumbre sobre si mantendrán su alianza o no, porque aunque hay buenos indicios de que el amasiato podría extenderse, los jaloneos en las cúpulas nacionales y entre las tribus de uno y otro partido no han permitido concretar un proyecto en firme.
La preocupación permea en las filas de los partidos oficiales de Quintana Roo, ya que si por alguna razón la alianza se cae, ambos son muy vulnerables en las urnas por su perenne escasez de cuadros. Por esa razón las dirigencias locales e incluso el gobernador Carlos Joaquín González se han manifestado abiertamente a favor de mantener la unión de fuerzas que los llevó al poder en 2016.
En el PRI las cosas están aún peor. Las heridas de la apaleada que recibieron el año pasado no han sanado y Raymundo, quien es un líder sin autoridad, ha acentuado las divisiones al interior del Tricolor.
Para colmo es el partido más afectado por la fuga de figuras políticas hacia Morena, PAN y PRD, colocándolo como el rival más débil si no hay un cambio de rumbo en breve.
Aunque los dirigentes digan lo contrario aparentando calma y hasta desdén, hay alerta y mucho nerviosismo por el crecimiento de Morena en Quintana Roo.