Mesa Chica | Hugo Martoccia
La Jornada Maya
Mara Lezama tuvo esta semana una muestra de todos los vaivenes que tiene esa montaña rusa política que se llama Cancún. Pasó por un paro y una insubordinación policial, un posterior acuerdo de coordinación de seguridad con el estado, que le trajo algunos dolores de cabeza, y terminó enfrentando al poderoso lobby hotelero, que no quiere recaudar mas impuestos.
También tuvo otro frente complejo que debió atender: siente que grupos internos de Morena la atacan con demasiada frecuencia y con una virulencia digna de enemistades que, cree, no deberían existir dentro de un mismo signo político.
Esta semana, la diferencia surgió específicamente por la decisión de la alcaldesa de aceptar el Mando Único policial con el estado. En el resto de Morena la decisión cayó mal. Creen que el gobierno de Cancún se aleja del partido. También creen que la decisión se tomó de manera inconsulta con Morena nacional.
“Yo no tomaría una decisión así sin el apoyo nacional”, dijo la alcaldesa horas después, en una reunión privada.
Lo cierto es que Mara mantuvo, desde el inicio de la semana, contacto permanente con el círculo mas cercano a Lopez Obrador y Alfonso Durazo. Incluso, viajó el mismo jueves, después del anuncio del Mando Único, a la Ciudad de México para tener una reunión cara a cara con la cúpula del poder morenista y hablar sobre el tema.
De ese “centro de mando” aun informal, surgió la decisión de coordinar el Mando Único con el estado, que es parte del proyecto nacional de seguridad de AMLO. Tan es así que este miércoles, en la presentación del Plan de Seguridad, se hablará de la “unidad de mando” que propone López Obrador, y que el propio Carlos Joaquin ya aceptó públicamente como la mejor opción de seguridad.
“Todas las decisiones se han tomado con el consentimiento del próximo Secretario de Seguridad”, dijo Mara ante consulta expresa que le hicieron desde Morena, algunos personajes preocupados por la situación.
Es cierto que la forma en que se anunció el Mando Único generó alguna confusión. Pareció, en un primer momento, que la alcaldesa se desentendía del principal problema del municipio. Luego, la propia Mara intentó eliminar esa confusión.
“Mando Único es coordinación, no significa eludir responsabilidades “, le dijo a La Opinión en entrevista.
La seguridad, más allá de la política
Las imágenes de los policías echando a empujones a su propio jefe, Jesús Pérez Abarca, del edificio de la corporación, dejó bien en claro que una parte de esa fuerza no responde a sus mandos institucionales. Esa idea fue luego ratificada por el propio titular de la Seguridad Pública estatal, Jesus Alberto Capella, ante todos los micrófonos que fatigó por esos días.
Bastó una larga reunión de los tres órdenes de gobierno en una sede militar de Cancún, de la cual participó Mara, para que se decida adelantar el convenio de Mando Único.
En esa reunión se habló de muchas cosas y se dieron datos de máxima seguridad. Pero la síntesis de todo es simple de explicar: la situación de Cancún es de alta complejidad y riesgo, con poderosos grupos del crimen organizado conviviendo poco amistosamente entre ellos.
El Ayuntamiento no tiene la capacidad para resolver esa situación. De hecho, ningún municipio puede resolver esos problemas por sí mismo. Mara tenía, desde octubre pasado, la instrucción de buscar una coordinación entre el estado y el municipio. El propio AMLO tiene como objetivo el Mando Único, y esa conversación ya la ha tenido con el gobernador Carlos Joaquín.
Políticamente, quizá hubiese sido mejor para todos que los anuncios se hicieran con el nuevo Gobierno federal. Pero la descomposición no cesa, y no había mas tiempo que perder, dijeron alrededor de Mara y del gobernador.
El trasfondo del paro de los policías convenció a todos. Hay un grupo que va con todo, y no se va a detener ante nada ni nadie para defender sus privilegios. No es una batalla que el municipio pueda dar por sí sólo.
La trama interna y la guerra en Morena
Horas después de anunciar el Mando Único, Mara Lezama se sentó cara a cara con todo el lobby hotelero. No fue una reunión fácil. Los hoteleros no quieren recaudar mas impuestos, y se negaron a que se autorice un Derecho de Saneamiento para 2019.
Era de 20 pesos por cuarto hotelero ocupado por noche. Como mínimo, iba a generar una recaudación de 96 millones de pesos. Los hoteleros no quisieron porque dudan del destino de los recursos. La alcaldesa les dijo que hay una crisis ambiental incubándose en las zonas de captación de agua, que será también un problema mayúsculo para la hotelería, si no se resuelve de manera inmediata.
Finalmente, acordaron que ese derecho podrá establecerse para 2020, previa creación de un fideicomiso con siete sillas de decisión, cuatro de los cuales serán de la IP. Allí se garantizará la transparencia en el destino de los recursos.
El cobro del Derecho de Saneamiento estuvo también en la lista de temas que Mara se llevó esa misma tarde para la Ciudad de México. Al final, Morena nacional respaldó que el tema del Derecho de Saneamiento se quitara de la agenda por este año, para no abrir un frente de conflicto.
El frente de conflicto que sí quedo abierto es el de Morena Quintana Roo. En el partido quieren ver y oír mas señales de que Mara Lezama está de su lado del espectro político.
Al morenismo no le gusta ver tan cerca a su alcaldesa del gobierno de Carlos Joaquin. Mara dice que en el tema de seguridad la instrucción del propio AMLO es que la política debe quedar a un lado. Pero las desconfianzas mutuas no terminan.
En el partido esperan una inminente llegada de la dirigente nacional Yeidckol Polevnsky para que aclare algunas cosas. Lo primero que debería aclarar es a donde está parado el partido en el estado, cual será su nueva dirigencia, y cuáles de las autoridades electas mantiene la confianza del poder morenista, o cuáles no.
Lo cierto es que difícilmente Cancún sea hoy la prioridad de Yeidckol. El morenismo se hunde en Othón Pompeyo Blanco, y tiene incrustados a enemigos propios y ajenos en el gobierno de Solidaridad. El partido parece jaloneado de un lado y otro por facciones irreconciliables, aupadas en el inesperado poder que el 1 de julio y AMLO les otorgaron.
Morena ya ganó y ya gobierna en algunos lugares de Quintana Roo. Ahora, resta saber si aquí se ha instalado el Proyecto de Nación de AMLO, o se trata de un híbrido de características particulares, que aun no encuentra un destino ni un liderazgo local.