Opinión

Los incómodos aliados “fifís” de Morena

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Tiro Libre | Anwar Moguel
SIPSE

Con una metamorfosis política tan cínica como convenenciera, los niños y niñas “bien” del Partido Verde en Quintana Roo siguieron la línea marcada por su acomodaticio líder inmoral nacional, Jorge Emilio “Niño Verde” González Martínez, rompiendo el amasiato de tantos años con el PRI para lanzarse de lleno a los brazos de Morena, el galán de moda en la comarca.

Los júniors y chicas de la socialité del norte turístico que componen el grueso de la militancia de los tucanes en nuestra entidad, todos ellos muy alejados del “pueblo bueno” que pregona Andrés Manuel López Obrador e ignorantes de la ideología de izquierda, se convirtieron en un chasquido en aliados comprometidos de la cuarta transformación, tendiéndose como alfombra ante los nuevos poderosos sin ningún remilgo ni tapujo.

El cambio de piel de cinco diputados federales que pasaron de verdes a morenos -entre ellos la quintanarroense Ana Patricia Peralta de la Peña y el ex delegado de la SCT en el estado, Francisco Elizondo Garrido- en el Congreso de la Unión que causó tremenda indignación en algunos sectores, fue solo el primer síntoma de una mutación más profunda, cuyos efectos se reflejan también en el Congreso local, donde los integrantes de la bancada Verde ya pactaron con los nuevos alcaldes electos y con la plana mayor de Morena en Quintana Roo.

Primero fue el diputado José de la Peña Ruiz de Chávez, “fifí” pero con oficio político comprobado, quien declaró el respaldo absoluto a la alcaldesa electa de Cancún, Mara Lezama Espinoza, a la que calificó incluso como amiga, más que aliada.

En el mismo tenor se ha manejado el aún alcalde cancunense, Remberto Estrada Barba, quien habría pactado con la naciente política desde antes de la pasada campaña para allanarle el camino.

Apenas esta semana el diputado playense del Verde, José Carlos Toledo Medina, también extendió públicamente la mano a la ex perredista Laura Beristáin Navarrete, ahora alcaldesa electa de Solidaridad por Morena, hablando maravillas de su ex compañera de Legislatura.

Claro, la postura del menor de los Toledo no es de extrañar cuando su padre, el activista Marciano Toledo Sánchez, forma parte del equipo político de Laura Beristáin.

Pero esta alianza con el partido de los “fifís” le está pesando mucho y le pesará aún más a Morena, pues en Quintana Roo la simbiosis entre el PRI felixiano-borgiano y los actuales representantes del Verde fue tal que cuesta diferenciar a unos de otros. Para la población, representan el mismo mal.

Si bien las contradicciones ideológicas en favor del pragmatismo ya se consideran parte del ADN de la política mexicana, la fuerza moral de Morena consistió en ofrecer una alternativa a lo de siempre, en hacer una política diferente.

Pero esta incómoda alianza, al menos en Quintana Roo, golpea a Morena en el centro de esa fuerza moral al actuar, en los hechos, en forma harto similar al PRI.

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