Opinión

Los “arrepentidos” del primero de julio

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Arsenal | Francisco Garfias
Excelsior

¿Qué es lo que más le preocupa frente a lo que se viene? Le preguntamos ayer a un destacado miembro del gobierno saliente. “La actitud del presidente electo”, replicó, sin mucho dudar.

Percibe en AMLO rasgos “autoritarios” y un olímpico desdén por instituciones que, según ha declarado antes de ser presiente electo, fueron creadas para perpetuar el dominio de los dueños del dinero sobre el pueblo.

La fuente sostiene también que ha dado pruebas de que no escucha las alertas que suenan en esta aldea global en la que vivimos.

Ni a los mercados ni a los inversionistas ni a los analistas.

Ni siquiera a los moderados de su propio equipo, como el empresario Alfonso Romo, a los que ha dejado mal parados frente a sus interlocutores.

Suele utilizar la palabra “pueblo” para justificar las decisiones que toma unilateralmente.

“El pueblo es sabio”, “el pueblo no se equivoca”, “el pueblo no es tonto”, repite. Eso equivale a “yo soy sabio”, “no me equivoco”, “no soy tonto”.

El funcionario, quien nos dejó clarísimo que hablábamos en off the record —fuera de grabadora—, asegura que hay muchos arrepentidos de haber votado por la cuarta transformación, sobre todo en la clase media, pero no entre los pobres.

“A los ricos siempre les va bien”, completó.

  •  Texcoco es un ejemplo de que es hombre de ideas fijas. Hizo campaña en contra de la construcción del NAIM. “Es un atraco”, fue lo menos que llegó a decir de esa megaobra, que va a ser cancelada a costo mínimo de 100 mil millones de pesos, según datos del equipo de transición.

AMLO ganó de calle la elección. Es el hombre que llega con mayor legitimidad al máximo cargo de representación nacional. 30 millones de mexicanos votaron por él.

No lo necesitaba, pero decidió organizar la famosa consulta, al margen de los requisitos que exige el artículo 35 de la Constitución, para justificar la cancelación de Texcoco.

En ese proceso no hubo imparcialidad. Su equipo de transición hizo abiertamente campaña por Santa Lucía. Cilindraron incluso a los macheteros de Atenco, con los que se reunieron.

Decían que la obra en Texcoco era un ”ecocidio”.

En la dizque “consulta” votó poco más del 1% del padrón. Se comprobó, una y otra vez, que hubo carrusel (voto duplicado y hasta triplicado) en las urnas.

El ejercicio de “democracia participativa” lo organizó un partido, Morena. Sus legisladores lo financiaron. Las sesgadas preguntas las hicieron sus colaboradores. La mesa puesta para hacer a un lado Texcoco.

Después de la consulta nos enteramos de que ni siquiera hay proyecto concreto para transformar la base militar de Santa Lucía en un aeropuerto de pasajeros, más allá del libro escrito por el ya famoso empresario Riobóo, quien apareció junto al presidente electo el día que hizo el anuncio de que era Santa Lucía.

  •  AMLO parece tener malos asesores económicos o no les hace caso, a juzgar por los compromisos que públicamente asume.

Ahora quiere llevar a la Constitución “por lo menos un renglón” que diga que el aumento al salario mínimo será mayor a la inflación anual.

Suena padre, impecable, justo.

México está entre los países con más bajo salario mínimo. En América Latina andamos en el lugar 17 de 20, con un promedio mensual de 141 dólares.

Nos superan en este triste podio Haití, Cuba y Venezuela, que ocupan los lugares 18, 19 y 20, de acuerdo a Wikipedia.

Pero la propuesta del presidente electo podría tener repercusiones negativas a largo plazo, incluso para los que ganan el salario mínimo.

El próximo subsecretario de Egresos, Gerardo Esquivel, ya dijo que el primer aumento del 14% entrará en vigor el 1 de enero. El mínimo pasará de 88 a 101 pesos por día.

La propuesta de AMLO de cambiar la Ley Suprema para hacer obligatorios aumentos reales podría generar presiones estructurales a la inflación y reducir la competitividad de México.

Y también provocar tensiones con el Banco de México.

  •  Los morenos ya la llaman “Manifestación Fifí”. Los organizadores le pusieron Marcha 11-11-11.

Algunos nos han preguntado si esa marcha se cancela después de la reunión del presidente electo con empresarios contratistas del NAIM, luego de los compromisos alcanzados que tranquilizaron a los inversionistas.

“Al contrario, lo refuerza. Pedimos respeto a leyes e instituciones”, nos dijo Laura Elena Herrejón, presidenta del Movimiento Pro-Vecino, una de las organizadoras de la marcha.

Y nos envió su intervención en una rueda de prensa en la que explicó las demandas de los manifestantes del próximo domingo:

“La Marcha 11-11-11 es para dejar claro, antes de que sea demasiado tarde, nuestro rechazo y repudio absoluto a que se pretenda sustituir las leyes por simulaciones a modo, que se les pretenda hacer pasar por mecanismos legítimos”.

  •  Se vota en diciembre próximo, pero ya está decidido: el diputado Clemente Castañeda, cercanísimo a Enrique Alfaro, gobernador electo de Jalisco, será el próximo jefe nacional de Movimiento Ciudadano.

A la secretaría nacional del Movimiento Naranja va Jorge Álvarez Máynez.

Preguntamos a la fuente si eso significa que Dante Delgado ya fue desplazado. “No, él nunca pierde el control del partido”, repuso.

  •  Una que se perfila para dirigir la Central de Abasto de la Ciudad de México es la exdiputada local del PT, Miriam Saldaña.

A su favor juega no sólo el tema de género, sino que no es una improvisada. En la VI Legislatura dirigió la Comisión de Abasto y Distribución de Alimentos.

Nos aseguran que tiene carácter. No le faltó valor para denunciar en tribuna malos manejos en la mencionada Central de Abasto, donde corren carretadas de dinero.

Claudia Sheinbaum tiene la última palabra.

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