Opinión

La otra pandemia: el desempleo

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Tiro Libre

Anwar Moguel

Este miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer el plan para el regreso a la “Nueva normalidad”, que incluye una serie de fases para la paulatina reactivación de la movilización social y la economía, con un panorama ciertamente preocupante y desolador, pues los daños por la pandemia del Covid-19 han sido brutales, sin parangón en la historia de México.

El colectivo México ¿cómo vamos?, que se encarga de realizar investigaciones sobre el desempeño económico del país, reveló ayer sus datos sobre generación de empleo correspondientes al mes de abril de 2020, que resultó ser el más fatídico de todos los tiempos: se perdieron 555 mil 247 empleos formales.

En el concentrado cuatrimestral, de enero a abril de 2020 se perdieron un total de 493 mil 746 empleos formales, es decir, que pagan impuestos y cotizan a la seguridad social. Esta cifra es más del doble de la caída que provocó otra pandemia, la de la influenza AH1N1 en el 2009, cuando en este mismo periodo se registró una pérdida de 198 mil 509 empleos.

En términos llanos, nunca el país tuvo un nivel de desempleo como en estos momentos, y lo preocupante es que, a diferencia de 2009 cuando tras un par de meses se retornó a las actividades de manera normal, con el Covid-19 la situación no será tan sencilla, de allí que se haya acuñado el término “nueva normalidad”.

En Quintana Roo, por ejemplo, que es una entidad líder en crecimiento económico y en generación de empleos, debido a la contingencia se han perdido más de 80 mil puestos de trabajo, que representan alrededor del 16 por ciento del total nacional.

Sin embargo, aunque la industria turística calienta motores para reanudar actividades a partir del mes de junio, los expertos anticipan que el flujo turístico será mínimo e irá creciendo lentamente, hasta que los viajeros recuperen la confianza o hasta que exista una vacuna contra el Covid-19.

Así las cosas, difícilmente esos 80 mil empleos se recuperen en el corto plazo. Y esto en un estado con una dinámica económica muy por encima de la media.

En 2009, cuando el impacto no fue tan grave, el entonces gobernador, Félix González Canto, utilizó como pretexto la contingencia sanitaria para sobreendeudar al estado, haciendo crecer la deuda pública de 3 mil 743.2 millones de pesos en 2009 a 10 mil 037.2 millones para el 2010, dinero que supuestamente se utilizó para reactivar la economía.

Hoy, con un escenario mucho más complicado, el gobernador Carlos Joaquín no tiene la opción del endeudamiento, pues el techo de deuda es apenas de poco más de mil millones para el estado.

La situación requiere un trabajo fino, fomentar nuevas actividades económicas más allá del turismo para mantener la economía a flote y esperar viento a favor en 2021. Pero mientras tanto, el golpe será duro tanto para el gobierno como para la sociedad. Abróchese los cinturones.

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