Letras de Cambio
Editorial Quintana Roo Hoy
Después de pantomima de la detención del “presunto” asesino del reportero de Canal 10, tal parece que la fiscalía que encabeza Miguel Ángel Pech está dando tumbos… mediáticos.
Que el afán es aparecer en medios como “eficiente” con historias que, desde el principio, están condenadas a fracasar.
Todo esto para alimentar el morbo popular. O, si se prefiere, para subir a medios distracciones que difumen, medio oculten su ineficiencia. Con un nuevo director de policía militar, lo que a priori lo define sin ninguna experiencia en investigación, los asesinatos violentos se siguen multiplicando sin respuesta alguna.
No tenemos a los asesinos detrás de las rejas, ni siquiera están como sujetos de una investigación. Lo que hay es una fiesta de impunidad.
Y un detenido por “peculado”. Es decir, por un delito que no es grave y que le permitirá estar en libertad.
Con un retraso inmenso, ya son dos años de esta fiscalía, decidieron “encontrarle” elementos que dan forma a un peculado, cuando fue tesorero de Lázaro Cárdenas, a un notorio compadre, tal vez socio de Roberto Borge.
A Ismael Moguel Canto lo acusan de peculado.
No de enriquecimiento inexplicable, no de ser socio de su compadre el entonces gobernador, no por haber construido hoteles en Holbox o comprado barcos, no, por simple peculado.
Cuando todos sabemos que desde la tesorería del ayuntamiento de ese municipio es mínimo el dinero del que pudo haberse apropiado. Antes, al contrario, de su bolsa “repartía” ayudas para intentar convertirse en presidente municipal.
¿De qué se trata? Todo indica que es un episodio más del cuento engañabobos en que está inserta la fiscalía; lo que daña, en primer lugar, al gobernador del estado. Porque si bien, en eso insisten en su entorno, el fiscal Pech es “independiente”, para el pueblo, para la sociedad, los resultados de esa institución de justicia son responsabilidad del actual gobierno, del mismo Carlos Joaquín.
¿Qué va a pasar? Que el juez lo deje en libertad, que Moguel contrate abogados suficientemente capacitados para revertir las acusaciones y que, una vez más, la fiscalía quede en ridículo.
Por cierto, el abogado de la familia Borge ya quedó en libertad después de pagar una cifra de dinero. ¿Quién sigue?
Si Carlos Joaquín quiere que “el que la haga la pague”, Pech no está ayudando…