Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Los resultados que obtuvo Quintana Roo en la más reciente Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) realizada por el INEGI desataron una revolución de indignación entre cientos de cibernautas locales que, sin siquiera recurrir a la fuente original para analizar los datos con toda conciencia, descalificaron el ejercicio estadístico en el que la entidad obtuvo un resultado notable, si no sobresaliente.
La encuesta, que según los especialistas en el tema representa uno de los indicadores más confiables para medir las condiciones económicas de las entidades por la estricta metodología que aplica el Instituto en su ejecución, en la que se contempla todo el abanico de los estratos sociales del país, presenta datos que si bien no son absolutos, sirven como referencia para entender la distribución de la riqueza y la pobreza a lo largo de la república.
Pues bien, esos números fríos arrojaron que Quintana Roo está posicionado en el lugar número 9 del país en ingreso promedio por hogar, con 50 mil 568 pesos al trimestre, es decir, 16 mil 856 pesos al mes, por encima del promedio nacional que es de 46 mil 521 pesos al trimestre.
El dato es real e inobjetable, pero al ser difundido por el gobernador Carlos Joaquín González en las redes sociales, ya que se trataba de una información muy positiva que deja bien parado a Quintana Roo, las reacciones fueron incomprensiblemente furiosas.
Con mucho hígado y poca objetividad, cientos de personas cuestionaron, se enojaron, se rieron y se burlaron de la información, calificándola por sus pistolas como falsa y en el colmo del absurdo, atribuyendo al propio gobernador Carlos Joaquín la autoría de la misma para “engañar” a la población, cuando se trata de un ejercicio estadístico periódico realizado por el INEGI.
A los criticones –que no críticos– digitales, no se les ocurrió cavar un poco en la información oficial del INEGI, que está disponible para todo mundo en su página de internet, para obtener algo de luz sobre el asunto.
Si lo hubieran hecho, se darían cuenta para empezar que ese ingreso promedio es por hogar, no por persona, y según los datos de la encuesta en Quintana Roo cada hogar está compuesto por 3.3 personas en promedio, de las cuales 2.4 aportan algún tipo de ingreso, siendo uno de los estados con mayor equilibrio entre esas dos cifras.
También hubieran notado que el alto ingreso promedio por hogar de la entidad no significa que no exista pobreza, ni que no haya rezago, porque la misma encuesta evidencia la enorme desigualdad que existe entre la población con ingresos más altos y la de menores ingresos.
Los niveles de ingreso se dividen en diez deciles, y la brecha entre los más pobres y los más ricos es tanta que en promedio los hogares del decil más alto ganan 21 veces más dinero que los del decil más bajo. Por si fuera poco, los deciles 8, 9 y 10 (los más “ricos”) concentran el 63 por ciento de los ingresos, mientras que los 7 deciles menores en conjunto obtienen solo el 37 por ciento.
Esto quiere decir que, aún en los estados del “top 10” en ingresos entre los que está Quintana Roo, la mayor parte de la población tiene ingresos muy por debajo del promedio.
Sin embargo el alto ingreso promedio también es un reflejo de la dinámica económica de un estado, y Quintana Roo destaca en turismo, en generación de empleos y desarrollo en términos generales, aunque existan grandes rezagos por atender en el centro y sur de la entidad.
Y para complementar esta información que enardeció sin razón a los torquemadas de las redes, este jueves el Coneval reveló su último estudio en medición de la pobreza, donde ¿qué creen?, Quintana Roo dio un tremendo salto del 2014 al 2016, reduciendo la pobreza en 7 puntos porcentuales, superando en el tema a Campeche que registró un ligero incremento en pobreza, y a Yucatán que redujo el indicador en un 4 por ciento en el mismo periodo.
Claro, las cosas no son color de rosa y falta mucho por hacer. Duele la crisis profunda del sur y centro. Duele la falta de desarrollo en esta zona que no goza de las mieles del turismo masivo, pero eso no significa que no hayan avances dignos de presumir.