Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Pueblo chico, infierno grande. Ese refrán convertido en título telenovelero le queda como guante al municipio de Bacalar, donde la disputa por la presidencia municipal ya empezó, aunque aún faltan meses para el disparo inicial del proceso electoral.
Con al menos una decena de aspirantes a la alcaldía, los ánimos están más que encendidos en el décimo municipio que actualmente gobierna, con no muy buenas calificaciones, el ex líder de la sección 25 del SNTE, Alexander Zetina Aguiluz.
Y es que en Bacalar todos los aspirantes se conocen a la perfección. Habitantes de una cabecera municipal pequeña, donde los rumores verídicos o apócrifos vuelan por las calles, los pecadillos de todos los competidores son de dominio público, alentando la guerra de lodo pre electoral que empieza apenas a dejarse sentir.
Como punto de comparación está el municipio capitalino, que a pesar de ser un “hueso” más grande no despierta tantas pasiones, o al menos no tan marcadas, como sí sucede en el Pueblo Mágico.
Entre los aspirantes hay unos más adelantados que otros, pero como la carrera está en pañales nada está dicho.
Se podría pensar que arranca con ventaja por la posición que ocupa el alcalde Alexander Zetina Aguiluz, quien ha hecho patente su deseo de buscar la reelección aunque el panorama se le complica día con día.
Para empezar, Alexander no ha sido un buen presidente municipal, ni en lo administrativo, ni en lo político.
Los aires de elitista que se da el profesor lo han alejado de la gente de las comunidades rurales que añoran a su antecesor “Chepe” Contreras Méndez, quien tampoco fue muy buen alcalde pero siempre supo conectar con sus gobernados y nunca perdió popularidad, capital político que, por cierto, puso al servicio de Alexander.
El caso es que a un año de su gobierno, Zetina Aguiluz tiene sus niveles de aceptación por los suelos, y ahora pretende utilizar al Panal como moneda de cambio para buscar una reelección “sencilla”, pero la brecha se cierra cada vez más.
Con el alcalde en caída libre, los demás aspirantes se frotan las manos anticipando la oportunidad dorada de llegar a la presidencia municipal.
Encabezando la lista de retadores está la profesora Nelia Uc Sosa, quien se ganó el membrete de joaquinista desde la campaña de 2016, donde apuntaba a ser la candidata de la alianza aunque finalmente la posición se cedió al PRD en una estrategia que tiró por la borda las posibilidades de triunfo.
Los otros suspirantes ya la tildan como “la candidata del gobernador”, y no están del todo errados, pues es un hecho que la maestra goza de la simpatía de Carlos Joaquín González, lo que puede jugar mucho a su favor al momento de las definiciones, tanto para obtener la candidatura como en su popularidad, que no es poca gracias a un trabajo de campo de muchos años.
En la sopa de partidos e intereses en que se convirtió Morena hay muchos interesados abriéndose camino a codazos para llegar al premio. Allí está esperando ser candidato por enésima vez el petista Mauricio Morales Beiza, quien compite directamente con los ex petistas Rivelino Valdivia Villaseca y Tania Casa Madrid, con quienes no quedó en muy buenos términos al final de la campaña de 2016.
Y si faltaba complicar el panorama, pues también se metió a Morena el polémico ex priista Juan Manuel Herrera, que no se descarta. El reto para el partido lopezobradorista será elegir un candidato sin hacer implosión, porque para colmo sus “cuadros” no se pueden ver ni en pintura. Se anticipa una tormenta.
En el PRI la regidora Oneyda Cuxin Irigoyen y la ex titular del DIF municipal, Rossina Castillo de Contreras, disputan la candidatura con otros interesados, como el primer presidente del Concejo Francisco Flota Medrano.
No son todos los pescadores. También tienen esperanzas de colarse el ex diputado local Jorge Calderón, el diputado local Javier Padilla Balam, y el perredista Alejandro Castillo, cuya esposa fue la fallida candidata por el PAN-PRD en la pasada competencia.
La lucha se pondrá buena.