En Órbita | Marcelo Salinas
SIPSE
La visita del presidente electo de la república, Andrés Manuel López Obrador, tuvo al menos dos propósitos generales en Quintana Roo: coordinar la agenda de trabajo con el gobierno de Carlos Joaquín y dar un mensaje a miembros de su partido cuyo protagonismo determina el rumbo de Benito Juárez, Solidaridad y Othón P. Blanco. Se trata de los más poblados, por lo que, tanto política como económicamente, es indiscutible su relevancia.
En torno a la agenda resaltan diversos puntos en común: ratificó por enésima ocasión, en Cancún, que el Tren Maya operará en cuatro años más, mientras que en la capital del estado, Chetumal, anunció que volverá a ser “zona libre” gracias a la disminución del IVA y que el arribo de la Secretaría federal de Turismo a esa ciudad se concretará de acuerdo con los planes.
Pero las ideas de ambos gobiernos -federal y estatal- coinciden además en asuntos como la seguridad, el medio ambiente o la cultura, por mencionar algunos, a los cuales se alinean las administraciones municipales recién estrenadas, sobre todo las mencionadas en el párrafo inicial.
Ese mismo día, por ejemplo, desde dichos Ayuntamientos se subrayó la importancia de que para los tres se reafirmaran los proyectos que convencieron a los electores durante la campaña, despejando dudas sobre aparentes indecisiones o arrepentimientos. Y precisamente de esa certeza se desprende parte del segundo objetivo, ya que el respaldo a las autoridades morenistas les dio oxígeno puro en coyunturas de inquietud.
Probablemente el mensaje más claro fue el que dio en Las Palapas, cuando conminó a trabajar juntos porque la campaña ya terminó y no es momento para pelear. No es casualidad que lo dijera frente a presidentes municipales, diputados federales y senadores. Marybel Villegas recibió el recado.
Para el presidente electo, quien impulsa la organización (a veces el ciudadano olvida que su gestión iniciará en diciembre) es una ventaja encontrar conexiones desde ya con el gobernador, aunque igual o más trascendente es afinar los planes con el “superdelegado” Arturo Abreu; las autoridades con logo de Morena, como Mara, Beristáin y Pastrana, así como el dirigente estatal del partido, Rafael Marín, y todas las figuras que despuntan en la etapa actual.
Vino para agradecer. Ese fue el motivo principal. Por lo mismo, en su discurso la paz como eje fue reivindicada, y desde aquel día pareciera que todo transcurre con más calma donde poco antes se impuso la rebeldía.
