Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Cumpliendo con el papel que le corresponde, el Instituto de Administración Pública del Estado de Quintana Roo (Iapqroo) realizó una encuesta dirigida a servidores públicos quintanarroenses con el fin de evaluar los valores y creencias que caracterizan la cultura organizacional, de la que se obtuvo un prediagnóstico con resultados francamente alarmantes, ya que el promedio general del sistema de valores de los funcionarios públicos fue de apenas el 33 por ciento.
Este prediagnóstico se basó en una encuesta en línea aplicada a una muestra representativa de 5 mil 647 funcionarios de 51 organismos estatales de diversos rangos, y según el Iapqroo el instrumento tiene una confiabilidad del 91 por ciento. Con él, se midieron los valores de prudencia, justicia, templanza y fortaleza, los cuales son característicos del servicio público.
Los resultados reflejaron una amarga realidad, pero que no sorprende. De hecho la cultura organizacional de nuestra entidad es una de las peor calificadas a nivel nacional y también una de las más corruptas, como lo señalan las más recientes encuestas del INEGI en la materia.
Y esta pérdida de valores de los servidores públicos se acentuó durante el pasado sexenio en el gobierno de Roberto Borge Angulo, quien tejió una red de corrupción en las dependencias estatales e infiltró las estructuras municipales para tener el control político y económico total.
Cambiar esa cultura desvalorizada no será nada sencillo. Requiere esfuerzos, requiere aceptar la realidad para empezar a dar los pasos necesarios para su corrección, y por primera vez el renovado Idaipqroo está haciendo lo que debe hacer, sin importar cuántos callos se pisen.
En el prediagnóstico presentado esta semana por el presidente del instituto, León Ricardo Lizárraga Cubedo, se evidencian focos rojos de urgente atención, por el peligro que representan en la perpetuación de la mala cultura pública persistente.
Entre los principales factores de preocupación, está el bajo desarrollo del “valor de memoria del pasado”, que se define como el riesgo de aceptar una herencia de corrupción sin lograr cambios significativos, y los bajos resultados de la “Virtud Justicia”, que según el diagnóstico realizado tiene que ver con el uso racional y óptimo de los recursos económicos y materiales, por lo que su bajo desarrollo es un signo de alto riesgo asociado a la corrupción.
Este diagnóstico y sus duras cifras servirán como punto de partida para el gobierno estatal y los gobiernos municipales en el diseño de políticas públicas que lleven la finalidad de transformar la cultura del servicio público, extirpando los arraigados tumores de corrupción.
La tarea no será fácil, pero es sumamente necesaria. Corresponde ahora a los gobiernos y a los titulares de las diversas dependencias no ignorar estos datos de espanto y poner manos a la obra para construir una contracultura que privilegie la formación de valores adecuados para el servicio público.
De lo contrario, la percepción social sobre el desempeño de los funcionarios –nuevos y antiguos por igual, para la población son los mismos pillos– seguirá en picada, arrastrando a su paso la imagen general del autodenominado gobierno del cambio.
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Amikoo y el liderazgo de Quintana Roo en turismo
Nuestra entidad sigue consolidándose en la posición de privilegio de la que goza en el sector turístico nacional e internacional con el anuncio de la inversión de 840 millones de dólares en la construcción del parque temático Amikoo, que rivalizará con los mejores del mundo.
Tal fue la importancia de este megaproyecto, que fue anunciado a nivel nacional por el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Carlos Joaquín González, pues es de esas inversiones que impactan en la economía de toda la nación, y particularmente en la de Quintana Roo.
Hay turismo para rato, pero es necesario que se forjen estrategias para lograr una mejor distribución de la prosperidad entre las diferentes zonas de esta entidad bendecida por la naturaleza. Allí el reto.