Tiro Libre | Anwar Moguel
Novedades Chetumal
Artífice de la debacle priista en Quintana Roo junto con el clan Borge, el ex gobernador oaxaqueño de infame reputación y triste pasado, Ulises Ruiz Ortiz, anda desbocado en una ofensiva irrisoria para llegar a la presidencia del PRI nacional criticando con ferocidad las “malas decisiones” de la actual dirigencia tricolor y los “vicios” que los llevaron a la más estrepitosa derrota electoral de su historia.
Sin la mínima vergüenza, este sujeto que fungió como delegado nacional del PRI en Quintana Roo de 2013 a 2016, dándose vida de rey con cargo al erario local, lanzó una carta donde enumera los yerros del priismo y se atreve incluso a señalar con dedo acusador al presidente Enrique Peña Nieto y a su gabinete de corruptos e irresponsables, culpándolos de una derrota que ya se veía venir.
“Nunca en la historia del PRI la soberbia de una dirigencia inepta influenciada por el grupo en el poder había ocasionado tanto daño, habían ofendido tanto al priismo”, escribió el oaxaqueño en su carta replicada por medios nacionales, donde también acusó que “el presidente Peña y sus funcionarios de primer nivel en el gobierno, principalmente quienes han estado encargados del combate a la inseguridad, a la pobreza y quienes cometieron actos de corrupción o quienes se debieron dedicar a erradicarla, son responsables en gran medida del resultado electoral”.
Exige un golpe de timón para salvar al PRItánic, pero al mismo tiempo se vende como el idóneo para sacar del bache al partido cuando su carrera es un compendio de todo lo que no debe de hacerse ni permitirse en política.
En su breve paso por Quintana Roo Ulises Ruiz demostró quien era. Pactó con Roberto Borge Angulo y su alfil Fabián Vallado, en ese entonces delegado de la Sedesol, la “operación política” para cerrarle el paso a la candidatura tricolor a Carlos Joaquín González, con guerra de lodo y golpeteo mediático incluido.
En lugar de cumplir con su trabajo de lograr unidad y acuerdos armónicos dentro del priismo local, hizo alianza con la más pútrido del tricolor en Quintana Roo y palomeó todas las imposiciones a modo del grupo en el poder, contribuyendo para la cuasi extinción del partido en el estado en 2016.
Y la lista sigue y sigue. Todo lo que hoy critica, él lo practicó de una forma descarada y vergonzante convirtiéndolo en el rey Midas de la miasma, pues echa a perder lo que toca.
Pero aunque usted no lo crea, el nefasto Ulises tiene aliados en el moribundo PRI quintanarroense que apoyan su sueño de llegar a la presidencia nacional aunque eso signifique sepultar definitivamente al Tricolor.