En Órbita | Marcelo Salinas
SIPSE
No debe ser fácil para las autoridades dar la cara a los ciudadanos en un contexto de reclamos por múltiples motivos. Entre el descontento por rezagos y carencias, o la inseguridad tan repentina, quien se expone debe tener claras sus ideas.
Podrán decir que es una obligación del gobernante, con toda razón; aunque se trata más bien de subrayar no solamente los riesgos inherentes, sino los alcances de dicha apuesta. No siempre podrán convencer al interlocutor, pero es necesario el diálogo para construir en estos tiempos. Y qué mejor un frente a frente.
No bastan las redes sociales para conocer el sentir auténtico. En más de un encuentro se ha concretado una solución casi al instante, a un problema presentado por una vecina o un comerciante, lo cual justifica por sí solo el programa.
Mirado en un plano general, es una tendencia atípica la de esta dinámica muy arriesgada en algunos casos, que se propaga y que a muchos gusta por la cercanía, la inmediatez y la seguridad de que el quejoso o solicitante es escuchado por “el poderoso”. Por el supuestamente inalcanzable. No debe olvidarse que el reproche antiguo era que sólo les veían en campaña.
Lo vimos en Sudamérica con el expresidente uruguayo José Mujica (un prototipo único) y hoy lo comprobamos con el Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, quien inclusive ha renunciado a una numerosa escolta, paseándose en mítines sin aparente miedo, con un estilo ajeno para la mayoría.
En el ámbito estatal se constata con el programa Platícale al Gobernador, que en una charla informal se retroalimentan el servidor público y el habitante. No sólo atiende el mandatario Carlos Joaquín, también muchos de los subordinados. Lo mismo ocurre cuando los presidentes municipales recorren colonias o visitan alguna casa.
Un dato para destacar: en la audiencia pública del gobierno del estado de esta semana, participó el fiscal general Miguel Ángel Pech Cen para brindar orientación y asesorías en asuntos de su competencia. Tuvieron, pues, “de a pechito” a uno de los responsables de la seguridad, y salió “sano y salvo”.
Desde ese día cobró fuerza la hipótesis de la campaña mediática y de la desinformación. Porque hasta donde se sabe, el abogado explicó en detalle para responder ciertas preguntas relacionadas con la violencia. Y sin blindaje.