Opinión

Chetumal no está listo para recibir a la Sectur

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Grandes y justificadas expectativas ha generado la promesa de trasladar la Secretaría de Turismo Federal (Sectur) a Chetumal prácticamente al inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien propone la descentralización de las dependencias gubernamentales como una suerte de panacea que, en teoría, estimulará el desarrollo económico de las entidades.

Los chetumaleños, ansiosos de salir de la barranca de la crisis que se agudizó durante el oscurantismo borgista, ven en la llegada de la Sectur el vaso medio lleno, aunque la simple posibilidad del arribo de esta importante dependencia ha desnudado las debilidades de nuestra capital quintanarroense, que presenta un severo rezago en desarrollo en comparación a otras capitales estatales.

La movilización de unos mil 500 burócratas -cifra conservadora dada por el gobernador Carlos Joaquín González en una entrevista, ya que el total de empleados de la Sectur actualmente ronda los 4 mil- requerirá de millonarias inversiones en rubros como vivienda, transporte, salud, escuelas y guarderías, por mencionar solo los indispensables. En todos esos rubros Chetumal adolece.

La propuesta de AMLO no es mala, por el contrario, ciertamente hay posibilidades de que contribuya al desarollo e incluso sea el anhelado detonante económico para la zona sur.

El pero es que el traslado presenta tremendas complicaciones, no solo por la distancia con el centro del país y las escasas conexiones de transporte que ofrece Chetumal, sino por las implicaciones económicas para el gobierno estatal.

Y es que será el estado quien tendrá la hipotética obligación de garantizar los espacios educativos para las familias de un mínimo de mil 500 empleados, así como destinar tierras y facilidades para la construcción de viviendas. Mención aparte merecen los servicios médicos: en Chetumal no existe un hospital de especialidades y los servicios que brinda el Issste a la burocracia estatal son pésimos, insuficientes incluso para los empleados locales.

Si aún con todos estos elementos disuasorios López Obrador cumple y convierte en una realidad esta mudanza gubernamental, lo más seguro es que el proceso sea lento y pesado, como fue el traslado del Inegi a Aguascalientes que se prolongó por más de seis años y se realizó en cuatro etapas para reubicar a unos tres mil trabajadores y 15 mil personas en total, entre familiares o dependientes económicos de esos burócratas.

Chetumal, en su condición actual, no está listo para recibir a la Sectur, y se requerirá de mucha voluntad política y de coordinación de los tres niveles de gobierno para llevar esta propuesta del papel a la vida real.

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