Tiro Libre | Anwar Moguel
SIPSE
Mediático, polémico y de personalidad protagónica, el Secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, Jesús Alberto Capella Ibarra, se ha convertido en frecuente tema de conversación para bien o para mal, pues aunque muchos criticaron con dureza el hecho de traer a un “foráneo” junto con un grupo de sus colaboradores a tan importante posición, al mismo tiempo se ha reconocido la necesidad de sacudir a las corporaciones policiacas, lo que ha empezado a ocurrir con la paulatina implementación de la estrategia de mando único.
Capella, apodado el “rambo tijuanense” en sus inicios en el servicio público, es un personaje que divide opiniones, ya que su estilo personal de estar siempre bajo los reflectores le hace ganar tanto simpatías como detractores.
Pero a un funcionario, sobre todo en un área tan sensible para la población, no se le puede calificar por lo bien o lo mal que le caiga a la gente, sino por sus resultados medibles. Así de simple.
Y aunque es prematuro evaluar el desempeño de Jesús Alberto Capella en apenas dos meses que lleva en el cargo, por el momento las cifras lo favorecen.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública difundió esta semana el número de homicidios oficiales en cada entidad de la república durante el mes de octubre, informe en el que se observó una disminución notoria en Quintana Roo.
Según el reporte, en el municipio de Benito Juárez (Cancún) se registraron durante el mes de octubre 36 homicidios, casi la mitad de la cifra sangrienta reportada en los meses de julio, agosto y septiembre, donde se contabilizaron 67, 63 y 61 asesinatos dolosos respectivamente.
A nivel estatal también hubo un descenso, aunque no tan pronunciado; en los 11 municipios quintanarroenses el número de asesinatos en octubre fue de 61, es decir, una disminución del 26 por ciento en comparación al mes de septiembre, que registró 82 casos.
Llama la atención que aunque en la zona roja de Cancún se redujo de manera significativa la incidencia de homicidios, en la Riviera Maya y en el sur de la entidad hubo un ligero aumento, lo que se refleja en la cifra general.
En el papel, estos números son esperanzadores, pero no bastan para aprobar la temprana gestión del secretario de Seguridad Pública, quien aún tiene todo por demostrar.
Porque, aunque las ejecuciones, que son sin duda el crimen que más afecta la imagen de nuestros destinos turísticos, estén a la baja, para el quintanarroense de a pie la percepción de inseguridad sigue siendo aguda. Ese es el principal reto que tiene Capella frente a sí: convencer al ciudadano de que Quintana Roo es, otra vez, una entidad segura para trabajar, invertir y para vivir.