Tiro Libre | Anwar Moguel
Novedades Chetumal
Manteniendo su lugar de liderazgo nacional en generación de empleo, Quintana Roo tuvo un arranque mejor de lo esperado en el primer mes de 2018 ocupando el primer puesto en crecimiento porcentual de nuevos asegurados en el IMSS, según datos revelados por el propio Instituto, muy por encima de la media nacional.
En el reporte correspondiente a enero de 2018, nuestra entidad registró un incremento de nuevos trabajadores incorporados al IMSS del 2.8 por ciento, mientras el promedio nacional fue de apenas el 0.5 por ciento.
El dato es muy relevante, ya que la cantidad de nuevos asegurados es un parámetro intrínsecamente ligado a la de generación de empleo neto, desarrollo económico y desempleo, de manera que refleja el crecimiento real de un estado.
Durante el 2017, con el gobierno estatal bajo las riendas de Carlos Joaquín González, Quintana Roo mantuvo su ritmo vertiginoso de generación de nuevos empleos, pero también se logró reducir el porcentaje de desempleo de manera importante, a rangos máximos del 3 por ciento.
La estadística histórica indica que el desempleo llegó a su pico en el último lustro en 2014, cuando el porcentaje de desocupados llegó a casi el 6 por ciento para ir disminuyendo paulatinamente. La administración joaquinista recibió el estado con una tasa de desempleo de alrededor del 4 por ciento y desde entonces ha mantenido una tendencia a la baja.
Estas cifras alentadoras si bien son dignas de reconocerse, no deben opacar algunos de los grandes desafíos que aún atraviesa nuestra entidad, como la profunda desigualdad económica entre el norte y el centro/sur, donde los beneficios del desarrollo llegan a cuentagotas a la población.
Porque mientras en los dinámicos polos turísticos de Cancún y la Riviera Maya las oportunidades de trabajo siguen surgiendo día con día, en la zona maya y el sur de Quintana Roo las condiciones son radicalmente distintas.
Ese liderazgo en empleo y crecimiento debe también reflejarse en la población sureña, que ha dejado de creer en las cifras porque no concuerdan con la realidad que viven día a día.
