Tiro Libre | Anwar Moguel
Mientras el gobierno federal está enfocado en mantener contra vientos tormentosos de crisis sus proyectos “emblemáticos” y sus apoyos sociales -fundamentales para mantener su estructura clientelar entre la población-, aspectos vitales como la protección al empleo, a las empresas y a los sectores productivos, han quedado de lado, a pesar de que son el pilar de nuestra endeble economía nacional.
Una de las muestras más evidentes de ese incomprensible desdén es la apática postura del gobierno federal y del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia el Turismo, industria sin chimeneas que se ha convertido en una de las principales generadoras de recursos para el país.
Los números son contundentes: según el INEGI, el sector turístico aportó, hasta el año pasado, el 8.7 por ciento del PIB nacional y generó 2.3 millones de puestos de trabajo, que representan el 6 por ciento de los empleos totales en México.Otro dato relevante es que es uno de los sectores productivos que mostró un crecimiento importante en los últimos años, ya que de 2013 a 2018 la aportación del turismo a la economía nacional creció en un 2.6 por ciento; ningún otro sector tuvo ese nivel de crecimiento.
Con este panorama, cualquiera podría pensar que para el gobierno federal la protección y fomento del Turismo debería estar entre sus más altas prioridades en medio de esta crisis mundial provocada por la irrupción del COVID-19, pero tristemente no es así.
El desprecio hacia el sector ha sido infame. Los apoyos federales han sido nulos y los empresarios turísticos se han topado con un muro infranqueable cada vez que presentan propuestas que llevan la finalidad de mantener los empleos y la dinámica del sector en estos tiempos de crisis.
Para colmo, las “estrategias” que les ha presentado el Secretario federal de Turismo, Miguel Torruco Marqués, son tan optimistas como ridículas. Campañas publicitarias digitales de tres pesos, fomento al turismo interno por regiones y el turismo de migrantes, son las tremendas soluciones que ha puesto la federación sobre la mesa. Eso sí, de inversión contante y sonante, ni hablar. Cero pesos para esa actividad “fifí”.
Ante el menosprecio federal, los gobernadores de los principales estados turísticos tuvieron que entrar al quite -como en muchos otros temas- para implementar acciones que permitan salvaguardar la industria turística.
El pasado lunes la Conago convocó a una reunión urgente en la que participaron 14 gobernadores -entre ellos Carlos Joaquín González, mandatario del principal estado turístico del país-, líderes del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), el titular de Turismo federal y secretarios de turismo estatales, en la que nació la “Alianza Nacional Emergente por el Turismo”, que no es otra cosa que una unión de fuerzas de estados y empresarios para garantizar la reactivación de la actividad turística en el país.
Para Quintana Roo el Turismo es vital. Por tal razón una de las voces que más ha impulsado esta alianza es la de Carlos Joaquín, quien además ha urgido al gobierno federal a que se considere al turismo una actividad económica esencial para asegurar su pronta reactivación.
La respuesta al posicionamiento del gobernador quintanarroense ha sido tibia y tardía, pero con el surgimiento de esta alianza que sí está ponderando la importancia económica y social del sector se espera que haya, por lo menos, una reconsideración y condiciones que les permitan a los estados salvar al turismo… aunque sea rascándose con sus propias uñas.
1 Opinión
Voy a hacer un comentario que, tal vez, a algunas personas no les agrade.
Carlos Joaquín no destaca como el mejor gobernador que hemos tenido (la mayoría de los quintanarroenses confiamos, a través del voto, en él) su actitud como gobernador (totalmente decepcionante) deja mucho que desear al igual que la de sus “secretarios de estado”.
Sin embargo, hoy, por intereses personales o no, intenta por todos los medios reactivar la industria sin chimeneas o sea, EL TURISMO.
Donde esta la parte que, a mi parecer, no le va a gustar a algunos, sencillo, sí se reactiva el negocio de oro de muy pocos, el turismo, se reactiva en automático la economía del estado.
Dirán algunos “y nosotros ¿en qué nos beneficiamos? Si vivimos en Chetumal y aquí no hay nada que atraiga al turismo”.
Si han escuchado en relación al Efecto Dominó, Chetumal es la capital del estado y las gestiones de cualquier índole se tenían que realizar en esta humilde pero noble ciudad, por lo tanto, aunque sea poco, pero no estábamos tan jodidos como estamos hoy.
A punto de irse a la QUIEBRA TOTAL los pocos comercios y negocios (llamémosle FUENTES DE TRABAJO) que se ubican en este pequeño terruño nuestro.
Aquí también tendríamos que aplicar el Efecto Dominó…se quedaría sin trabajo y por lo tanto SIN SUSTENTO muchísimas, sino es que todas, las familias CHETUMALEÑAS.
Hoy, aunque suene hipocrita de mi parte, apoyo totalmente las decisiones que tome CJ, aún en contra de AMLO, para la reactivación de la economía EN BIEN DE NUESTRA CIUDAD CAPITAL.
Podría aplicarse, bastante bien, la expresión utilizada, en su momento, por el ING. Mario Villanueva a Zedillo “EN MI ESTADO MANDO YO”.