Opinión

Aguakán y la carrera por la gubernatura

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A Tiro de Piedra | Julián Santiesteban
Contracorriente

Si estás corriendo, no importa qué tan rápido o lento eres, tú eres corredor
Andrew Kastor

Los enfrentamientos entre los diferentes grupos políticos de Morena, cuyo posicionamiento desde ahora pretende sostenerse hasta que la carrera por la gubernatura de Quintana Roo llegue en 2022, tiene por momentos matices de irracionalidad discursiva y el tema de la concesión del cobro de agua potable que tiene Aguakán en la zona norte es sólo un botón de muestra, pues hay quien ha asegurado que la empresa será retirada de la operación y otros, en contraparte, ya anunciaron que dicho retiro simplemente no será posible.

La cancelación de la concesión para el municipio de Solidaridad –porque para Benito Juárez, Puerto Morelos e Isla Mujeres fue ampliada hasta el 2053-, fue bandera política del actual gobierno estatal, lo utilizó en concreto la ex alcaldesa solidarense Cristina Torres Gómez, pero también la actual munícipe Morena, Laura Beristain Navarrete, aseguró que la cancelación es posible, por un irregular proceder del gobierno de Roberto Borge, que recibió a cambio de la entrega más de mil millones de pesos que fueron desviados de las arcas públicas.

Pero el enfrentamiento –hasta ahora sólo discursivo- más claro es entre los senadores “morenos” Marybel Villegas Canché y José Luis Pech Várguez, pues la primera, la semana anterior difundió un posicionamiento en el cual aseguraba que el Senado de la República había ya aprobado un exhorto por medio del cual el gobierno estatal y los municipales podían investigar a la concesionaria para revertir la concesión por el irregular proceder de la empresa y los altos cobros de agua potable que realiza a la población.

El segundo, en contraparte, este lunes, Pech Várguez emitió un comunicado en el que, más racional, reconoce que revocar la concesión a Aguakán implicaría un alto costo por indemnización y al señalar de manera específica el punto de acuerdo aprobado por el Senado recalcó que no implica en automático que el gobierno estatal revierta el contrato de Aguakán, pues “bajo las condiciones en que se encuentran las finanzas gubernamentales en la entidad, sería imposible”, señaló en un comunicado.

Con lo anterior, por mucho que se matice el discurso, la lucha parece ganada por la concesionaria, que operará en la entidad hasta el 2053 y aunque el legislador asegura que “nunca más deberá darse en concesión a empresas privadas un servicio de agua potable en Quintana Roo”, nada garantiza que para esos años las condiciones sean diferentes o que Morena esté siquiera en el poder; pero lo cierto es que con su declaración, Pech Várguez “mató” el principal tema de posicionamiento mediático de su compañera senadora y se adelantó a ella en la carrera política rumbo al 2022.

COMENTARIO MORBOSO

Con lo dicho por Pech Várguez, el tema de Aguakán dejará de ser bandera electoral incluso para los mismos integrantes de Morena en el proceso electoral intermedio de 2019, y se abre desde ahora la oportunidad para que la alcaldesa de Solidaridad “corrija” el discurso y diga que no será posible la reversión de la concesión; aunque seguramente Villegas Canché insistirá en no dejar “morir” el tema.

El senador asegura conocer lo gravoso del contrato que hasta ahora no se ha hecho público, pero de entrada, además de regresar los más de mil millones entregados al gobierno por la concesión de Solidaridad, el gobierno tendría que indemnizar a Aguakán por todos los años que dejaría de cobrar, y por supuesto ni el Senado ni el Congreso federal entregarán los recursos para dicha indemnización, por ello no hay exhorto alguno que posibilite ir más allá de lo que el gobierno estatal ha ido ya. En el discurso se seguirá diciendo que los intentos seguirán; pero en la realidad queda claro que Aguakán se queda; ya habrá un nuevo análisis en el 2053; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra.

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