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El plan “C”: Morena va por todo en el 2024

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Anwar Moguel

El revés que propinaron los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al presidente Andrés Manuel López Obrador, al invalidar una parte de la reforma electoral -más conocida como el “plan B”- fue celebrado por los opositores políticos del mandatario nacional de manera desproporcionada, tomando la acción del Poder Judicial como una dulce victoria política, que se puede tornar amarga, muy amarga, en el corto plazo.

Y es que de inmediato la reacción del presidente y sus huestes morenas a lo que perciben como una intromisión del Poder Judicial en la división de poderes que, además, va en contra de la voluntad ciudadana, fue lanzar el plan C para lograr de una vez por todas una reforma electoral amplia y completa, pero ese plan pasa por el terreno electoral.

Desde la mañanera, el presidente lanzó el grito de guerra, asegurando que debido a que el Poder Judicial “no tiene remedio” y “está podrido”, Morena y sus simpatizantes van a apostar todo en el plan C.

¿De qué se trata el plan C del presidente? Simple. De aplastar a la oposición en las urnas el próximo 2024, donde además de la sucesión presidencial se decidirá la conformación de la cámara de diputados y senadores.

La “derrota” política en la Corte le dio a Morena la narrativa perfecta para hacer lo que mejor saben: trabajar a ras de tierra, llevando un mensaje sencillo y llano que viene del propio Andrés Manuel López Obrador, cuya figura aún hoy, a poco más de un año del fin de su administración, sigue tan fuerte como al principio.

Ese es el error de cálculo que una y otra vez cometen los adversarios de Morena; no miden, en el México real, el poderío que tiene el partido gracias a la cobertura de la sombra de AMLO.

Quintana Roo, territorio guinda

A nivel estatal, la fortaleza de Morena es innegable y está en ascenso. En las encuestas más recientes colocan al partido con un respaldo superior al 54 por ciento de manera natural, mientras que su más cercano competidor es el PAN, que en promedio tiene alrededor de un 14 por ciento de posibles votantes.

En las elecciones de 2021 y 2022 el partido del presidente consolidó su fuerza en el Caribe; 8 de 11 alcaldías quedaron bajo mando de la 4T, y también se ganó con contundencia la gubernatura y el control del Congreso del Estado con una mayoría pocas veces vista.

Con Mara Lezama al frente del gobierno, Morena se convirtió en el partido oficial en Quintana Roo y se está fortaleciendo gracias al trabajo incansable que ha realizado la gobernadora y al interés particular que ha puesto el presidente en nuestro estado.

Inversiones sin precedentes en infraestructura, apoyo al turismo arqueológico, la atención a la principal ciudad del estado: Cancún, el Tren Maya y los apoyos sociales que mes a mes llegan a miles de familias quintanarroenses, han elevado a AMLO a ser una figura reverenciada y querida por las mayorías.

Hay quienes quieren ver desgaste; hay quienes quieren ver condiciones adversas para Morena; hay quienes quieren ver debilidad. Pero todo eso es una ilusión, porque Morena está en Quintana Roo más fuerte que nunca.

Esa es la razón por la que alcaldes como “Chepe” Contreras en Bacalar o Atenea Gómez Ricalde decidieran deslindarse de los partidos que los llevaron al poder en sus municipios, porque como políticos expertos que son, tienen claro que fuera de Morena y su círculo de aliados, todos los caminos están cerrados.

Súmele a esa innegable realidad que, por orden presidencial, Morena va a apretar el paso en el activismo, en difundir la narrativa del partido -ahora contra el Poder Judicial-, en convencer a la gente que para seguir con la transformación el siguiente paso es la mayoría calificada para, ahora sí, poder hacer las reformas sin pedir permiso a nadie.

Insisto: esos son los terrenos de Morena, es lo que mejor hacen y lo que los mantiene cercanos a la gente.

Y mientras los opositores no entiendan eso, mientras se mantengan encerrados en su burbuja de privilegios y divorciados del pueblo, ese panorama no va a cambiar.

Por eso me parece factible, de hecho muy factible, que Morena cumpla con su promesa de llevarse el carro completo en la próxima elección.

Usted, ¿qué opina?

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