Tiro Libre | Anwar Moguel
Novedades de Quintana Roo
Convertido en un paraíso sin ideologías donde al parecer lo único que importa es el poder por el poder, el barco guinda de Morena está llenándose de piratas políticos que están viendo en el partido lopezobradorista la oportunidad de seguir medrando, ya sea colándose a algún puesto de elección popular o, cuando menos, asegurando una chamba en alguna próxima administración municipal.
Los chapulineos y la piratería de cuadros en temporada electoral se ha convertido en cosa común en los últimos años, pero nunca en la historia hemos visto algo como lo que está ocurriendo en este incipiente 2021… ¡y lo que falta!
¿Alguien pudo imaginar hace unos años que personajes tan opuestos como el ex perredista Emiliano Ramos Hernández, el ex priista Raymundo King de la Rosa y el ex panista Mario Rivero Leal podrían estar haciendo campaña en el mismo equipo? Seguramente era impensable, pero gracias a la cuarta transformación este hipotético escenario está muuuuy cerca de convertirse en realidad.
Y es que esos tres personajes, cada uno con su trayectoria de claroscuros políticos (más oscuros que claros, como suele ser) ya abordaron el barco guinda buscando candidaturas bajo la sombra de López Obrador.
Quizá Emiliano Ramos tenga el argumento de que él siempre fue de “izquierda”, aunque el PRD se distanció del lopezobradorismo desde hace buen rato y él jugó en el equipo contrario hasta el 2016. ¿Pero qué puede decir a su favor el borgista -a ese sí le queda la etiqueta- Raymundo King, quién fue un férreo crítico de Morena y decía, con voz de autoprofeta, que era el destino de todos los corruptos? ¿Qué pretexta el derechista Mario Rivero Leal para disfrazar su ideología y disfrazarse de izquierdista en busca de la candidatura a la presidencia municipal de Othón P. Blanco?
No fueron los únicos. Como se anticipó desde hace una semanas, Cristina Torres también llegó y por la puerta grande al partido del presidente, con la candidatura para la alcaldía de Solidaridad prácticamente en la mano, pues estas jugadas tan rimbombantes nunca son casuales.
Y el barco de Morena se sigue llenando y llenando de piratas del mar de la grilla caribeña, de largas barbas y colmillos, provocando que salten por la borda militantes y simpatizantes convencidos del proyecto de nación que alguna vez vendió AMLO, pero que se desdibuja cada vez más.
Morena se convirtió, sí, en el partido de la esperanza, pero la esperanza de seguir colgados de la ubre del erario de decenas de políticos que en el PRI, PAN y PRD fueron los causantes del hartazgo ciudadano que dio origen al Movimiento de Regeneración Nacional, que ahora comete los mismos pecados por los que pagará el precio, no tan temprano, pero tampoco tan tarde.
