Opinión

La “partidocracia” sigue reinando

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Tiro Libre

Anwar Moguel
Novedades Quintana Roo

En la política mexicana nada ha cambiado con la denominada “cuarta transformación”. Si bien, el giro a la izquierda -si es que se le puede llamar así- que millones de votantes decidieron en las urnas en 2018 fue una reacción contra los partidos y los políticos de siempre, en los hechos ese despertar ciudadano no ha abierto nuevos esquemas de participación en la vida pública, por el contrario, parece haber fortalecido nuestro sistema partidista con sus vicios de siempre, tan dañinos.

El fenómeno es digno de analizarse a profundidad. Es un hecho que los mexicanos no estamos conformes con los partidos; cualquier cantidad de encuestas serias dejan claro que estas instituciones controladas en su mayoría por verdaderos hampones no gozan de la confianza ciudadana. Están reprobados.

Pese a ello siguen siendo la única vía para alcanzar posiciones de representación popular y de incidir en la vida pública. La alternativa “independiente”, en realidad es solo una simulación.

Paradójicamente la llegada de Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena, al poder, no han hecho más que incrementar la influencia de los partidos políticos, pequeños y grandes, en estos tiempos de “transformación”, aunque el actual presidente capitalizó el hartazgo de los ciudadanos justamente atacando a la partidocracia.

Morena incluso rechazó llevar en sus siglas la “p” de partido, y se definió como un “movimiento” para contrarrestar a los mafiosos partidos de siempre.

Pero a dos años del empoderamiento guinda, ha sido Morena quien ha alimentado la partidocracia, fortaleciendo con pactos oscuros a verdaderos carroñeros de la política como el PT (que resucitó por los pelos tras haber perdido el registro) y el santificado Partido Verde, negocio particular del nefasto Jorge Emilio González Martínez y familia.

Y por si fuera poco, también ha revaluado a diminutos partidos de oposición, que ahora se cotizan alto para aliarse con los grandes caídos en desgracia -PRI, PAN, PRD- negociando jugosas posiciones.

En Quintana Roo, por ejemplo, partidos como Movimiento Ciudadano y los locales MAS, Confianza y PESQROO, que no representan más que a una reducida cofradía de políticos buscachambas, tendrán la posibilidad de negociar posiciones jugosas en 2021 y 2022 en una previsible alianza anti-morena.

Por su parte, el PT y Verde, que por si solos no ganarían ni una votación para jefes de grupo en cualquier secundaria, colgados de Morena esperan cosechar diputaciones federales y alcaldías en la próxima elección.

Es decir, la transformación política del país no pasa por la partidocracia, que sigue reinando, incluso con los mismos “nobles” de siempre, solo con distinto color de capa.

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