En Órbita | Marcelo Salinas
SIPSE
El Tren Maya presenta alternativas de progreso debido a sus múltiples atributos. Al menos en el papel sí representa ese impulso a la Península de Yucatán, en particular a Quintana Roo, de nuestro total interés. Por lo mismo, conlleva diversos retos que apenas empiezan a asimilarse. Uno es titánico: el Ancho de Derecho de Vía de la Comisión Federal de Electricidad, espacio que se utilizará para su construcción.
Desde este mes, gasolineras, hoteles, escuelas, fraccionamientos, áreas verdes, parques, calles y obras de todo tipo están en la mira. La versión de que podrían ser derribadas preocupa a muchos aun cuando, se sabe, se pretende el menor daño posible. Pero no deja de alertar.
Tales edificaciones se encuentran desde el Aeropuerto de Cancún hasta Tulum, extensión que ha sido recorrida por miembros de la Agencia de Proyectos Estratégicos para documentar los detalles. Se habla de hasta 100 mil personas que viven sobre el Ancho o aledaños a éste.
Aun así, eso debe ser comprobado y seguramente será evitado. Lo que sí habrá, es la reubicación de un asentamiento (tipo invasión) en Solidaridad, por donde corren las vías de la Comisión Federal. A sus más de 2 mil habitantes se les ha avisado que serían reacomodados a otro lugar aún por definir.
De las 15 ciudades con las que ha empezado el programa federal de reubicación, uno es Solidaridad porque allí está el derecho de vía del tren y por ser el municipio de mayor tasa de crecimiento en el país, lo cual favorece en gran medida. Y visto en perspectiva, es el momento para solucionar el problema de las invasiones no solamente en la entidad.
El Tren busca también que las Áreas Naturales Protegidas que hayan sido cortadas a la mitad por asentamientos humanos se vuelvan a unir y se reforesten con flora endémica, con un plan de apoyo a los cultivadores, para lo cual se privilegiará la mano de obra local, generando 40 mil empleos permanentes al reforestar unas 100 mil hectáreas.
El proyecto está concebido de tal forma que permitirá crear barreras físicas con la misma vía para evitar asentamientos irregulares y contener su presencia en el futuro, pues está comprobado que cuando se construye una carretera o camino rural se registran asentamientos de cada lado, lo cual no sucede con las vías del tren.
Mientras eso se propone, la realidad es que antes deberán llegar a acuerdos con los que sí están ubicados en la zona de construcción. No es un tema menor y obviamente dará de qué hablar los próximos meses.