Opinión

Todos contra morena

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Mesa Chica | Hugo Martoccia
La Jornada Maya

El gobierno del estado mostró sus credenciales para el inicio de la batalla por la elección de 2019. El nombramiento de los enlaces municipales que se realizó esta semana, demuestra el punto de partida de un proyecto electoral que ya es una decisión tomada: habrá una gran alianza de facto contra Morena.

No puede entenderse de otra forma que entre los nombres de los enlaces este el de un priísta como Carlos Hernández, en Cozumel, o José Alfredo Soto, en Tulum, quien trabajó abiertamente a favor de Marciano Dzul en la pasada elección del 1 de julio.

Los nombramientos, debe decirse, causaron enojo en el PAN y el PRD, los aliados del gobernador Carlos Joaquín. Ninguno de los dos partidos se sintió representado por esos nombres. Y es lógico; ninguno de esos personajes responde a las expectativas de los partidos.

Esa misma sensación recorrió una parte del Gobierno. El sector político vinculado con el asesor, o coordinador de Gabinete, Juan de la Luz Enríquez, no estuvo de acuerdo con alguno de esos nombramientos, y permitió que ese descontento trascendiera.

Pero lo cierto es que, para uno y otros, el proyecto ya arrancó.

Las necesidades y las carencias

Nombre por nombre, la lista de enlaces ha sido criticada por propios y extraños. Hay algunos que no aportan nada, porque no tiene el volumen político para hacerlo, dicen algunas de esas voces.

En ese lugar ponen al enlace en Benito Juárez, el empresario Eloy Peniche, o a Atenea Gómez Ricalde, enlace de Isla Mujeres.

Dicen del primero: ¿Cuál será su operación política en el gigantesco y complejo Cancún, donde están más de la mitad de los distritos electorales del estado? Los defensores de su nombramiento dicen que es un hombre muy vinculado a los círculos empresariales del municipio.

Los que lo critican dicen que eso es cierto, pero que no aporta nada de lo que hace falta. La elección del 1 de julio no se perdió con los empresarios, sino en las colonias populares de Cancún, donde Morena es hoy imbatible.

“En el mejor de los casos, Eloy va a conseguir una candidatura a diputado para él”, dijo con brutal sinceridad un hombre de la alianza de gobierno.

El caso de Atenea Gómez es similar. La principal crítica que se le hace es que en el tiempo que fue regidora durante la pasada administración municipal, hizo demasiado poco como opositora del alcalde priísta de Isla Mujeres, Juan Carrillo.

La performance electoral de la alianza PAN-PRD en la Isla dejó mucho que desear, y no hay muchas expectativas de que las cosas cambien.

Apuestas cruzadas

Los nombres que causaron más revuelo, sin embargo, fueron los claramente vinculados al PRI.

Por ejemplo, el ya mencionado de José Alfredo Soto, en Tulum. Al hotelero, que tiene vínculos con el PAN, se lo acusa sin embargo de apoyar abiertamente al PRI, y también de no tener la capacidad de operación política que hace falta.

“No vive en Tulum”, explicó un aliado del gobierno en ese municipio. “Y trabajó para Marciano la elección pasada”, agregó.

Esa referencia al derrotado candidato del PRI en Tulum, Marciano Dzul Caamal, quizá sea lo que hay que tomar en cuenta. Más allá de que fue derrotado por Víctor Maas, el priísta fue siempre un hombre con vínculos cercanos con Carlos Joaquín.

El nombramiento de Soto podría ser la señal de que se debe trabajar en conjunto con el tricolor, pensando en la batalla electoral inminente.

Donde eso pareció quedar aún más claro fue en Cozumel. Entre los nuevos enlaces, ningún nombre llamó más la atención que el de Carlos Hernández Blanco.

Si se toma en cuenta su origen, muy cercano al joaquinismo, nadie puede sorprenderse de su nombramiento. Lo que llama la atención es esa decisión en el momento actual.

Carlos Hernández fue hasta hace muy poco presidente del PRI en Cozumel. Desde allí ayudó a la construcción de la candidatura de Pedro Joaquín Delbouis, en una operación que incluyó el concurso de sectores políticos que supuestamente están enfrentados a muerte. De allí saltó a la suplencia del propio Pedro como alcalde.

Para que se entienda bien debe decirse con todas las letras: el suplente del alcalde del PRI de Cozumel, es quien representa al Gobierno del estado, del PAN-PRD, en la isla. Así de explícito.

Se trata casi de un rompimiento de las formas políticas más elementales. Y ese no es el estilo del gobernador Carlos Joaquín.

Por eso, muchos lo entendieron definitivamente como la señal que hacía falta para comprender que la elección de 2019 exige una coalición muy grande para ganarle a MORENA; tan grande que incluirá a todos los partidos que quieran sumarse.

Un hombre muy cercano a Carlos Joaquín se sinceró en las últimas horas. El objetivo es que MORENA no gane más de siete u ocho distritos en la elección de junio de 2019, a como de lugar, así no tiene mayoría en el Congreso.

Pero fue muy claro sobre las expectativas actuales. “Si la elección fuese hoy, MORENA quizá ganaría todos los distritos”, dijo.

Las primeras señales de la batalla

Los signos de “ingobernabilidad asistida” que vivieron los municipios morenistas de Solidaridad y Othón Pompeyo Blanco al inicio de las nuevas administraciones, fueron, ahora se sabe, el inicio formal de la campaña electoral de 2019.

La negativa de los Cabildos del municipio sureño y de Benito Juárez de aprobar la reforma constitucional para el “Fiscal foráneo”, una iniciativa directamente impulsada por el gobernador, podría ser una suerte de “devolución de gentilezas” de Morena para Carlos Joaquín.

¿Por qué Solidaridad no se sumó a ese grupo? Muy simple, porque la alcaldesa Laura Beristain no tiene la mayoría, que ya había decidido votar a favor. Por eso, prefirió acompañar ese voto y guardarse para las batallas que seguramente van a venir.

Sin embargo, el principal problema que podría enfrentar este proyecto incipiente de Todos contra Morena es la duda de los propios aliados del oficialismo, el PAN y el PRD

Un hombre que transita con dudas esa alianza dijo, al conocer los nombres de los enlaces, que esto no parece una apuesta para agrandar la alianza, sino que sería la consolidación del antiguo joaquinismo (aún del que en algún momento traicionó al gobernador) como principal soporte político y electoral del oficialismo.

En el PRD la duda se ha transformado en desazón. Al interior del partido gana cada día más adeptos la posición de acercarse abiertamente a López Obrador. “Ya es una cuestión de supervivencia”, explicó un perredista.

Lo interesante es que esa misma sensación de supervivencia ya fue hasta entendida por los alcaldes de Morena, que comprenden que se pueden convertir en el blanco de todos los ataques.

El 2019 será , sin más vueltas, la guerra por la supervivencia de unos y de otros, y parece que habrá sólo dos bandos. En ese contexto, gobernar puede convertirse en una tarea compleja si la campaña electoral abarca todos los espacios de la política.

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