En Órbita | Marcelo Salinas
SIPSE
La Universidad de Quintana Roo (Uqroo) aplica la inversión para obras de infraestructura más cuantiosa de su historia, en una etapa crucial de cambios en todos los ámbitos del desarrollo en el estado.
Sólo en la presente gestión del doctor Ángel Rivero Palomo (quien empieza su cuarto año) se construyó recientemente el Campus Cancún, con un presupuesto cercano a los 200 millones de pesos en su primera etapa, provenientes de la Federación y del gobierno de Carlos Joaquín, en beneficio de más de mil 500 alumnos. En no más de cuatro años habría otra ampliación de notable envergadura.
Además se tiene un avance del 75% de la que será la biblioteca más grande de la Península de Yucatán, en el Campus de la Riviera Maya, donde, por cierto, también se renovaron sus instalaciones. Además se concluyó el teatro con capacidad para 700 personas, en Chetumal, y ya está en marcha el proyecto de la pista de tartán, también en la capital.
Pronto, anunció Rivero Palomo la semana pasada, se mejorará la unidad académica de Cozumel y lo que amerite en la casa central, principalmente en aulas y laboratorios. Toda esa infraestructura, nueva y remozada, coincide con un dato trascendente: se elevaron sus indicadores de calidad, por lo cual recibiría un reconocimiento especial próximamente.
Las más importantes antes fueron la construcción de la Escuela de Medicina y el Campus Playa del Carmen, las cuales se consolidaron en dos periodos de rectores. Así, lo que acontece ahora debe ser motivo de gusto para los quintanarroenses; sobre todo en Benito Juárez, donde la presencia era menor.
Durante muchos años, en Cancún se recurrió a planteles particulares que se incorporaron a la Uqroo para que ésta pudiera ramificar su completa malla curricular, compartir la experiencia de sus docentes y validar esa presencia en la ciudad con mayor crecimiento poblacional.
Para la mayoría resultaba inconcebible que la máxima casa de estudios no tuviera unidades o facultades en Benito Juárez, donde hoy por fin comienza a cubrir una demanda, que ni la Universidad del Caribe, ni las privadas reconocidas (pese a todo su tremendo aporte), pueden ofrecer a segmentos específicos.
Tanto la ubicación (cercana al Arco Vial Norte, una de las zonas con explosión demográfica), como los costos, el prestigio, la internacionalización y la calidad de la Uqroo, convencen a quienes buscan alternativas de todo tipo en una ciudad que se transforma a pasos agigantados.