Opinión

Oigan señores el tren…

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Opinión | Jesús Hernández Martínez
La Jornada Maya

Los habitantes y autoridades de las poblaciones por donde pasará el Tren Maya, si es que se construye, estarán contentos y celebrarán la decisión oficial de realizar esa gran obra que, sin duda, reactivará la economía de la región desde que comiencen los primeros trabajos pero…¿Y Chetumal, otra vez se quedará a la espera de los múltiples ofrecimientos de “su gran desarrollo en el futuro próximo”?.

Sabemos, por la propia naturaleza del hombre y su entorno, que vivimos en dos mundos diferentes y ocasionalmente opuestos en parte, uno ideal y el otro real. El proyecto del Tren Maya aún se encuentra en el campo de lo ideal. En cuanto se elabore el proyecto definitivo, se consigan los $150,000 millones que costará, se construya y comience a funcionar, entonces será real.

Como ya dieron a conocer los medios de comunicación, entre ellos La Jornada Maya, de 900 kilómetros a que se extendería el Tren Maya, sin tocar Yucatán, se ampliará a 1,500 kilómetros y tocará los estados de Quintana Roo, Yucatán y Campeche, es decir la Península, además de Chiapas y Tabasco.

Pero según los primeros planes, que no son los definitivos, en el sur de Quintana Roo solo pasará por Bacalar que se localiza a 40 kilómetros de Chetumal que es la distancia entre la capital quintanarroense y la laguna de los siete colores.

A nadie le queda ser aguafiestas, pero los primeros anuncios pueden ser no muy objetivos pues, aunque los demás estados beneficiados por el Tren Maya tengan derechos de vía, Quintana Roo no los tiene y, en cuanto que no se talará ningún árbol ni se afectará el entorno ecológico, la sola presencia de los trabajadores, maquinaria y materiales para su construcción, afectará al medio ambiente. Tal vez se cuide que el impacto al medio ambiente sea mínimo, pero no podrá evitarse.

De hecho ya salieron a la palestra representantes de grupos ecologistas que han pedido no afectar los recursos naturales con esa obra.

Nadie ha hablado, por cierto, de los reclamos de los ejidatarios por donde pase el nuevo tren.

Los campesinos quintanarroenses han sacado muy buenas ganancias pecuniarias de los terrenos que, por necesidad, han ocupado la apertura y ampliación de diversas carreteras federales. A fuerza de marchas, plantones y otras medidas con que acompañan sus demandas de indemnización; han recibido millonarios pagos de la SCT.

Y esto es cierto, un ejemplo es el de los integrantes del ejido Chetumal, donde se asienta la ciudad, quienes obtuvieron hace un lustro una muy atractiva indemnización por los terrenos en que se construyó el aeropuerto local…hace más de 50 años. También han recibido millonarios pagos “presionando al gobierno”varios ejidos quintanarroenses por donde atraviesan las carreteras federales.

Tal vez los empresarios yucatecos y su gobierno tramitaron la inclusión del vecino estado en el paso del Tren Maya y tal vez los chetumaleños, que no todos quintanarroenses pues el futuro medio de transporte beneficiará directamente a Cancún y Tulu, se hayan quedado con los brazos cruzados, pero solo tal vez. Debemos confesar que no sabemos ni oficial ni extraoficialmente si valdría la pena que el Tren Maya llegara a Chetumal pero, sin duda, sí apoyaría la economía al traer visitantes y la carga de las diversas mercancías que en la actualidad llegan por carretera y se encarecen.

Qué tanto desviar el Tren Maya 40 kilómetros, a manera de ramal hacia la capital de Quintana Roo, o tal vez unos seis kilómetros más hasta Subteniente López, la población fronteriza con Belice, dado la súper millonaria inversión. Todos los habitantes y las autoridades de los cinco estados a los que se extenderá el Tren Maya deberán estar contentos pues llegará otra forma de fincar un mejor desarrollo regional pero los chetumaleños no tanto por quedarse otra vez, como siempre, esperando…

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