Opinión

Miedo al cambio

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Opinión | Joana Maldonado
La Jornada Maya

Hablar de Chetumal es hablar de raíces y de historia, de una belleza incomparable, pero también de olvido. 

Hace más de 11 años que esta hermosa ciudad cobijó mis sueños, me dio trabajo y un hogar y se convirtió en casa de mis padres, hermanos y la cuna de mi hijo. 

En todos estos años, he observado su crecimiento acelerado y depredador, poco sustentable y desorganizado. He visto cómo la devoran las avaricias de propios y extraños, cómo una ciudad con tanta abundancia decae en un conjunto de quejosos de “aquí no se puede”, “no hay desarrollo”, “los negocios quiebran”, “no hay apoyos”.

En parte es verdad; independientemente de los intereses políticos o económicos, la capital del estado ha sido por mucho tiempo olvidada, tanto en el ramo turístico como en materia económica. Eso explica por qué, durante años, los jóvenes de las escuelas de nivel superior se graduaban directo a los cargos burocráticos. Sin importar su preparación, era un anhelo colocarse en alguna oficina de gobierno, ya sea federal, estatal o municipal, e incluso partidista. 

Fueron pocos los negocios y las empresas que se instalaron en esta zona del estado. Ni qué decir de los negocios que sobrevivieron al auge de la zona libre por la que Chetumal trascendió incluso fuera de Quintana Roo. Sin embargo, no se puede vivir del pasado. Es hora de enfrentar los cambios y el futuro, y que las promesas se cumplan.

En 2019, confiamos en que se consolidará un proyecto muy importante de la mano del gobierno de Andrés Manuel López Obrador: la descentralización de la administración federal, y por suerte, a Chetumal le corresponderá albergar a la Secretaría de Turismo federal. 

Esto significará un cambio, tanto en la vida pública como en la social. Supone la llegada de cientos de personas provenientes de otras partes del país –hay quien dice que son mil 500, hay quien asegura que son casi 3 mil personas, contando a los burócratas y a sus familias–, provenientes en su mayoría del centro de México.

Lo anterior supone el eventual incremento de servicios básicos en la ciudad y sus alrededores como salud, vivienda y educación, algo que de momento el gobierno cree resuelto. Y supone también la demanda de servicios de consumo como hoteles, ampliación del aeropuerto, lugares de esparcimiento, actividades culturales y un proceso de interculturización. 

Aunque Quintana Roo se integra de un 70 por ciento de la población proveniente de otros estados del país como Yucatán, Ciudad de México, Tabasco, Veracruz, Estado de México y Chiapas, a los chetumaleños les da miedo el cambio y la llegada que consideran “invasiva” de personas que vienen de fuera. 

Los que nos quedamos, de donde sea que vengamos, es porque amamos esta ciudad y la queremos próspera, porque queremos a nuestros vecinos, a su gente, porque tenemos amigos y porque nos adaptamos a muchas circunstancias que nos son ajenas en el lugar en donde nacimos. 

Debemos confiar en que el 2019 estará lleno de oportunidades y posibilidades para el sur del estado que se suman a los esfuerzos planteados por el gobierno estatal, por ejemplo con el parque industrial, los proyectos turísticos anunciados por la Secretaría de Turismo, el tren anunciado por el propio Andrés Manuel López Obrador y otros proyectos que detonarán la zona.

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