Opinión

Los plenipotenciarios de AMLO

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Felipe Escalante Tió | La Jornada Maya

Las relaciones de los estados con el gobierno federal, históricamente, de altibajos. Por momentos ha pesado la “mano firme” del centro y en otras ocasiones han sido los gobernadores los que terminan por imponerse. Cada entidad registra en su historiografía pasajes que se presentan como “afrentas” por parte de la Presidencia o la Federación y momentos “gloriosos” de autonomía.

La figura del coordinador de programas de desarrollo del gobierno federal que ha propuesto el prácticamente presidente electo Andrés Manuel López Obrador, con la finalidad declarada de evitar despilfarros adelgazando la burocracia de confianza, los altos puestos y eliminar los privilegios precisamente de estos, tiene una lectura política que, hasta el momento, no es clara y ha dado espacio a inquietud por parte del sector privado, sospechas de los adversarios políticos y sudor frío en los gobernadores.

Hasta ahora, en lo que parece haber consenso, es en que los coordinadores serán una suerte de gobernadores paralelos, “virreyes” o candidatos en preparación para las próximas elecciones, tomando en cuenta la responsabilidad que tendrán, la cual incluye representar a las fuerzas armadas y organismos policiacos, y el presupuesto que cada uno manejará y que en varios casos será mayor al del gobierno local. Algunos nos aventuramos a afirmar que, mientras no se tenga claramente la función de los coordinadores, estos serán enviados plenipotenciarios de AMLO.

Nominalmente, México es una república federal, sin embargo, el federalismo ha sido harto difícil de seguir. Sobran ejemplos en los que los estados desafiaron al gobierno federal causando graves daños al país al final, el más grave la pérdida de la mitad del territorio frente a Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Durante el porfiriato, más que la fuerza, se utilizó la información y el cruce de fuentes.

En efecto, don Porfirio recibía una impresionante cantidad de correspondencia, la cual se conserva en la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero de la Universidad Iberoamericana, pero además de los gobernadores, le escribían los jefes militares y enviados que actuaban como enlace entre los mandatarios locales y el Presidente. Destaca la figura de Manuel Sierra Méndez como personaje muy al pendiente de los acontecimientos en la península de Yucatán.

Estos personajes tuvieron casi siempre una función coyuntural. Algunos actuaron con nombramiento, otros en forma informal; algunos con funciones específicas, otros por interés propio. En el presente, el perfil de algunos ha producido inquietud en los espacios locales.

Katia Meave Ferniza, en Campeche; Joaquín Díaz Mena, Huacho, en Yucatán, y Arturo Abreu Marín en Quintana Roo, representan distintas facciones al interior de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). La primera fue coordinadora del partido en Yucatán, resultando cuestionada por las posiciones que se concedieron a Huacho, particularmente por Ana Lilia Pacheco, quien estaba contemplada originalmente como candidata al Senado; Díaz Mena, tras saltar desde el PAN, cayó en la Lotería, mientras que Abreu viene de una larga trayectoria como funcionario y es fundador de Morena en Quintana Roo.

Los ojos estarán sobre estos plenipotenciarios, no sólo por la responsabilidad que habrán de tener, sino por la estructura que tendrán consigo. Seguramente les saldrán adversarios, pero especialmente desde el interior de Morena, donde la repartición del pastel y pago de compromisos todavía no concluye, especialmente con aquellos que sembraron y fueron separados del momento de la siega, pero eso será tema de otra colaboración.

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